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26 enero 2012 4 26 /01 /enero /2012 01:48

Las finali­dades vela­das de la tarjeta SUBE

          Tras tres años de demora, en estos días el Go­bierno Na­cional de la Ar­gentina se ha lanza­do a atosi­gar a los habi­tantes de la región conocida como Gran Buenos Aires para que compren la tarjeta SUBE. Hay largas colas de gen­te que es­pera para adquirir el preciado instrumento, previo llenado de formula­rios e incorporación a una base de datos.

          Para quienes viven en la Ar­gentina lejos de Buenos Aires o en otros paí­ses, ex­plicamos pri­mero, que es la tarjeta SUBE. Es un estructura creada e implement­ada por el Gobierno Na­cional. Sin em­bargo, está destinado a ser­vicios que están en la Provinc­ia de Bue­nos Aires y en la Ciudad Autóno­ma de Bue­nos Aires. O sea que, conforme al ré­gimen federal que rige en la República Argen­tina, las autoridad­es na­cionales (es decir, federa­les) no deben intervenir en el tema. Claro está, hay razones diver­sas que analizaremos y que han lleva­do a la autoridad fede­ral a actuar en un aspectos que, en principio, les son ajenas.

          Ahora bien. Con la tarjeta SUBE, una persona puede via­jar en todos los medios de transporte urba­nos y suburba­nos que circulan en el denominad­o Gran Buenos Ai­res, que es un conglo­merado for­mado por la Ciu­dad Autóno­ma de Buenos Aires y los muni­cipios ubicados en la Provin­cia de Buenos Aires que están al­rededor de la referida ciudad de Buenos Aires.

          Para el usuario, la ventaja de la tarjeta SUBE va más allá de la finalidad inicial para la cuál fue­ra anunciada, que era evitar a los pasaje­ros el engo­rro de te­ner que llevar dinero efectivo en cambio pequeño, en un país como la Argentina don­de siem­pre hubo pocas monedas y bi­lletes de bajo valor, y cada vez hay me­nos. Esa escasez de monedas y billetes de menos de diez pesos se debe exclusiv­amente a la negativa del Go­bierno Nacional de acuñarlas e imprimirlos.

          Más allá de lo seña­lado, lo cier­to es que la Pre­sidenta de la Nación anun­ció que, a partir del 10 de fe­brero de 2012, todos los transportes del Gran Bue­nos Aires dejarán de ser subsi­diados. De modo que, ese día, subirán los precios de los trans­portes en cifras que – se esti­man – podrían supe­rar tri­plicarse en algu­nos casos. Pero si un usuario obtiene la tarjeta SUBE, el precio le será mantenido. A ese efecto un com­plejo sis­tema infor­mático distribuye el dinero de los sub­sidios que se manten­gan entre las dife­rentes empre­sas de transporte.

          La tarjeta SUBE la anunció la Presiden­ta Cristi­na en 2009. Se fue instru­mentando con la clási­ca len­titud pasmosa de los go­biernos argenti­nos. Ahora fue acelerada la puesta en marcha por varias razo­nes, pero la única motivación anunciada fue el au­mento de los pasajes a par­tir del próxi­mo 10 de febrero. Entonces, lo que re­sulta extra­ño, es que se apura tanto el tema, cuando podría retrasarse todo unos días y así se evitaría que cientos de miles de perso­nas hagan colas – a veces de cuatro o más horas – en los po­cos lu­gares don­de se entre­gan las tarjetas SUBE.

          Se supondría que la explica­ción estaría vinculada a la necesidad de suprimir pron­to los subsidios al transport­e para mantener la ali­caída caja del te­soro na­cional. En realidad no es así, porque, si la mayor parte de los usua­rios de transportes de la región más poblada de la Argentina usa­rán la tarjeta SUBE, el sub­sidio se man­tendrá en cuanto menos al ochenta y cinco por ciento de los usuarios.

           Algo de la desproliji­dad se debe a la ten­dencia de las actual­es autorida­des de nuestro país de irri­tar y exasperar inútil­mente con decisio­nes tre­mendistas. Sin embargo, hay otras cosas.

          Una de las razones, ocultas o despis­tadas, es que la falta de bi­lletes de valores me­nores a diez pesos y muy es­pecialmente de mo­nedas, ya está al lí­mite. De dejar las co­sas así, las críti­cas al gobierno se harán sonoras y también este go­bierno es alérgico a las objecio­nes de la opinión públi­ca.

          Cabe preguntarse, ¿por qué no se fabri­can bi­lletes y mone­das en la Casa de la Moneda estat­al que tiene gran capacidad para ello, o en todo caso se mandan a producir a empresas particulares argen­tinas o en el extranje­ro? Bue­no, aquí sí, en­tran los graves problemas de liquid­ez que el go­bierno tra­ta de ocultar, por­que es tan enorme el faltante de monedas y bi­lletes de baja de­nominación, que el precio de manufactur­arlas o de com­prarlas elabora­das en cantidad para cubrir las necesidad­es, se­ría una ci­fra in­creíblemente alta, unos cuatro mil mi­llones de dólares. Claro, en el tema de billetes y monedas, llevamos once años de demora. Si la fabricación de hubiera venido haciendo, los costos estarín diluidos en el tiempo.

         Otro motivo, es parte de la polí­tica de con­frontación del Go­bierno Nacional con el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónom­a de Bue­nos Aires, Mauri­cio Macri. Y es, que la tar­jeta SUBE incluye a los sub­terráneos de la esa ciudad, desde el comienzo de este año admi­nistrados por la mis­ma ciu­dad. De modo que, al dársele a casi to­dos los usua­rios – incluyendo de subterráneos – las tarjetas SUBE, de hecho se le está im­pidiendo al go­bierno de la ciu­dad subir las tarifas de los pa­sajes de los subterrá­neos.

          En definitiva, carente de una planificación si­quiera a corto pla­zo, es obvio que es­tos in­convenientes siempre estén “a la vuelta de la es­quina” de Go­bierno de la Nación Argentina.

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24 enero 2012 2 24 /01 /enero /2012 21:11

Cristina logrará mantenerse al frente del

go­bierno argen­tino hasta des­pués del año 2016

 

          El Gobierno de la Argentina tie­ne una “hoja de ruta” que arran­có tras el triun­fo electoral de octubre de 2011. Comenzó con la prohibi­ción – casi to­tal – de la venta de dólares y otras divisas en las ca­sas de cambio y los bancos. Siguió con la qui­ta de subsidios y la suba de ta­rifas de los servi­cios pú­blicos. Se suman en estos días las eli­minaciones de subsidios a los alimentos bási­cos y los combust­ibles.

          El gobierno de­cidió avanzar en los ajustes en diciembre de 2011, cuan­do la euforia de las fiestas de fin de año todo lo cu­brió. Y siguió en el mis­mo senti­do en enero y fe­brero de 2012, época ésta de vacaciones y por ende de desconcentra­ción y calma en los centros neurálgi­cos de las ciu­dades.

          En marzo so­portará el go­bierno dos du­ras pruebas. Una, tener de regreso a todos los vacacionant­es, “volviendo al ruedo” el nú­cleo duro de los disconform­es ya desembara­zados de las modorras del estío. La otra, el rei­nicio de las clases pri­marias y secun­darias que gol­pean en los bolsillos de los pa­dres de ni­ños y adoles­centes.

          Los gestores de la “hoja de ruta” esperan capear estas tor­mentas con el inicio – a tambor batiente – del cotillón ul­tra na­cionalista a partir del 27 de fe­brero de 2012, “feriado espe­cial” por única vez en todo el país para conmemor­ar el bicen­tenario de la primera jura de la Bandera Nacional en las ba­rrancas del Río Paraná, en donde hoy se yergue la ciudad de Rosario. Luego vendrá la preparación de la recorda­ción de los treinta años de la Guerra de las Malvi­nas, te­niendo en cuenta que el 2 de abril de 1982 desembarcar­on las pri­meras tropas argentinas en las is­las. Y no será simple­mente recordator­io.

         El gobierno ar­gentino intenta­rá realizar ac­tos concretos, con dos finali­dades. La pri­mera, ha­cer olvid­ar a la opi­nión pú­blica el ajuste económi­co ya en en pleno progreso. La segunda, cambiar el enfoq­ue: no será un tributo a la junta militar de la dictadura que ordenó el desem­barco, sino el adveni­miento de una nueva gesta en la recupe­ración de las Islas Malvinas.

          En ese marco, se está ya per­geñando una pseudo versión marítima de la “Marcha Verde” organiza­da por el Rey de Ma­rruecos en 1975 para ocu­par con civiles – sin un sólo militar – el Sahara Espa­ñol. Consistirá en concen­trar en los puertos australes ar­gentinos (Río Galle­gos, San­ta Cruz, Us­huaia y otros) el mayor núme­ro posible de embarcaciones deportivas, de paseo y algu­nos pesqueros, las cuales su­puestamente sal­drían a un mis­mo tiempo hacia Malvinas a fines de mar­zo o principios de abril.

          Asimismo ha­brá una línea de acción, amenazando con obli­gar a desviarse o a descender a los avio­nes de LAN Chile que ha­cen regular­mente el recorrid­o desde Pun­ta Arenas (Chi­le) hasta las Malvi­nas y vuelta. Y que, para ello, deben neces­ariamente sobrevolar el suelo y el mar argentinos.

          La crispación internacional al­canzará ribetes importantes, con los británi­cos reforzando la defensa mili­tar de las islas, reu­niones del Consejo de Segurid­ad de las Naciones Uni­das, igualmente en los órganos de la OEA, UNASUR, Co­munidad Euro­pea, la NATO y otros. El Primera Mi­nistro británico Cameron apro­vechará para alentar el bati­fondo con la pro­pósito de ha­cer olvidar a los súbditos de Su Majestad los desasosie­gos de la crisis euro­pea.

          Al final, nada grave ocurrirá. Las embarca­ciones civiles ar­gentinas nun­ca zarparán rumbo a las Mal­vinas, no serán inte­rrumpidos los vue­los de LAN Chi­le hacia y des­de las islas, y los británicos harán regresar los refuerzos militares a las ba­ses de Diego García, Santa Helena, Esco­cia e Inglaterra.

          Claro está, la barahúnda nacion­alista servi­rá, hacia mayo o junio de 2012, para pro­clamar la gran cruzada cris­tinista: la modifi­cación de la Constitución Nacional que per­mitirá a la actual Presi­denta la reelec­ción indefinida. Para ello usa­rán el método indirecto pro­puesto por el Ministro de la Corte Su­prema Eugenio Zaffa­roni: convertir a la Argentina en una democra­cia parlamenta­ria.

          En junio de 2012 el deterio­ro de los ingre­sos de las cla­ses bajas y me­dias en nuestro país será real­mente notorio, con quejas ge­neralizadas. Para en­tonces el número de pobres ha­brá aumentado, al­canzando a la mitad de la población argen­tina. Sobre la clase media so­brevendrá un aumento de la desocupación generado por la imposibilidad de los productos argentinos de competir en los merca­dos internacionales en razón del revalúo del peso (ver DIARIO DIGITAL N° 2).

          Por cierto, ha­brán muchas campañas de propaganda ofi­cial. Bastante de tipo tradicio­nal (spots televisi­vos, gi­gantografía en la ca­lle, avisos a pá­gina entera en diarios y re­vistas, etc.), pero se agregarán todas las va­riantes de las cam­pañas polí­ticas sucias y menti­rosas en la pretensión de ta­par la efer­vescencia so­cial. Habrán ataques contra medios de pren­sa oposito­res y aún los neutra­les (“los que no están con no­sotros, están contra nosotros”), inventos y distorsiones sobre las vidas y hechos de muchas personas, anuncios desmesu­rados e imposibles sobre obras faraónicas (volve­rán, por ejem­plo, los inventos de trenes bala, submarinos atómicos (Ver nuestro artículo sobre el pseudo submarino nuclear argentino).

          Pero el bombardeo de voces e imáge­nes no logrará dar vuelta a la opinión pública enojada con la caída de la economía.

         Entonces, un día, Cristina apa­recerá por la cadena ofi­cial y anunciará el gran sacrifi­cio ideológico para acabar con los males del país. Dirá que dará comienzo a una “época espe­cial” a la ma­nera de lo que hizo Fidel Cas­tro cuando la desaparición de la Unión Sovié­tica privó a Cuba de los ge­nerosos rega­los de pe­tróleo, maqui­narias, alimen­tos, etc. Infor­mará que debe­rán pedir crédi­tos a organis­mos internacion­ales, en espe­cial al odiado Fondo Moneta­rio Inter­nacional, con el acuer­do del horrendo Club de París y de los  bonistas italia­nos a los cua­les se les paga­rá con los dine­ros del Fondo Mo­netario. La mártir ideológi­ca Cristina llo­rará, Boudou sonreirá y los presentes aplaudirán emocionados.

         Bueno, como todos sabemos, siempre han habido cuanto me­nos cuaren­ta mil millones de dólares del FMI a disposi­ción de la Ar­gentina, con muy pocos re­quisitos, intere­ses irrisorios y – notablemente – sin plazo al­guno de pago (no hay obliga­ción de devol­ver capital, bas­ta con pagar los intereses). Tras los présta­mos del FMI vendrán los empréstitos de otros organis­mos internacional­es y financie­ras internacional­es.

         La Argentina se hará de un col­chón de unos cien mil millo­nes de dólares y, a la mejor manera de los tiempos de Videl­a- Martínez de Hoz y de Menen-Cavallo, se regarán esos dólares en el consumo con dólar barato. Volverán los viajes al exte­rior, los fideos im­portados de Ita­lia, las papas fri­tas norteame­ricanas y las cer­veza ingle­sa. Todo eso irá ocurriendo has­ta llegar a di­ciembre de 2011, y enero y febrero de 2012.

         Tras fies­tas de fin de año 2012/2013 “como las de antes” y vacaciones enero/febrero 2013 en Uru­guay, Brasil, Disney, Europa, etc, se les pedi­rá a los argenti­nos que voten para las eleccion­es de cons­tituyentes. Ga­narán los que quieren la re­forma, por cierto.

         Cambiada la Constitución Na­cional, como Primera Minis­tra Cristina go­bernará indefinidam­ente … ¿hasta cuando? Como siempre, hasta que el festival de dólares ba­ratos y plata dul­ce se acabe. Y eso empeza­rá a ocurrir en el año 2016 hasta … bueno … todos ya vi­mos la misma pe­lícula repetidas ve­ces.

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23 enero 2012 1 23 /01 /enero /2012 19:03

En lo inmedia­to, “el que apues­ta al dó­lar pierde”

          El Gobierno de la Argenti­na está empeci­nado en mantener el dó­lar en va­lores ba­jos y ape­nas de­jarlo subir centavo a cen­tavo. La actual políti­ca moneta­ria es simi­lar al “1 peso igual a 1 dó­lar” de Me­nen y Cava­llo, y casi idéntica a la “tablita” de Martí­nez de Hoz cuando era fun­cionario del dictador Videla.

          La oculta razón guberna­mental para ello es simple y tam­bién parecida a las motiva­ciones de Videla-Martínez de Hoz y de Me­nen Cavallo: una me­diana inflación y un dólar quieto, pro­ducen una falsa pero so­porífera sen­sación de bien­estar en la po­blación. Cuan­do cua­renta millones de argentin­os despier­ten de la hipnosis, será tarde para reaccionar, como ocurrió en 1982 y en 2001-2002.

          En el presente caso de “dólar plan­chado”, el terri­ble hundi­miento tiene fe­cha límite: ini­cios de 2016, des­pués de las próximas elec­ciones presiden­ciales. Si las cosas van mal se adelantará a principios de 2014, tras las elecciones parlam­entarias de 2013.

          Por lo tanto, al menos por dos años no será buen negocio ate­sorar dóla­res. Qui­zás al­gunas divisas se ade­lanten al dólar – el fran­co suizo, la li­bra ingle­sa y el yuan chino – pero son da­tos difíciles de asegur­ar.

          Claro está, us­ted tiene un mé­todo in­falible de asegu­rarse el futuro a me­diano plazo. Consist­e en ol­vidarse de cuan­to escribí en los párrafos ante­riores y atesorar divisas en va­riada composición. Por ejem­plo, una mez­cla de dólares, fran­cos suizos, li­bras inglesas y también algo de oro amone­dado. Tras cua­tro años de du­ros sacrificios, a partir de 2016 us­ted será una per­sona inmensam­ente rica en la Argen­tina.

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23 enero 2012 1 23 /01 /enero /2012 01:57

Disminu­ción de los ingre­sos de obre­ros,

emplea­dos y de la clase media en la Argenti­na

          Hay pro­blemas en cier­nes. Sin em­bargo, to­davía no se advier­ten por el arrastre de las su­mas multimillonar­ias vol­cadas por el Go­bierno Na­cional hasta fi­nes de oc­tubre de 2011 con la finalid­ad de ga­nar holga­damente las elec­ciones.

          Pero en el mes de marzo de 2012, con el agota­miento del “plus elec­toral”, la fi­nalización de la épo­ca de vacacio­nes y el inicio de la activi­dad educa­cional, los in­gresos de las cla­ses ba­jas y medias ar­gentinas sufri­rán una dismin­ución de un 30% (treinta por ciento) o más, res­pecto de los ingres­os de octubre de 2011.

          Poca im­portancia tiene, cuanto gana us­ted en di­nero. Ni siquiera es cues­tión de medir la infla­ción. Simple­mente, us­ted podrá comprar un 30% (treinta por ciento) menos de bienes y ser­vicios.

          Claro está, la comida, los reme­dios, via­jes urban­os y elec­tricidad – entre otros – son gas­tos difíci­les de achi­car.

          En­tonces los ajustes comenza­rán por la ropa, el entreteni­miento,el re­cambio de mue­bles y y electrodoméstic­os, las vaca­ciones, las visitas de cortesía y fami­liares … y los panta­gruélicos y rega­dos asados de los domin­gos.

          Por lo tan­to, es con­veniente iniciar desde ya, un metódi­co y siste­mático programa perso­nal y fami­liar de re­cortes de cuan­tas eroga­ciones pu­dieran ser suprimi­das.

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  • : El sitio en la web de Aida y Norberto
  • : Actualidad, Derecho, críticas de los actos políticos. Soy perfecto pero prefiero negarlo, le temo a los envidiosos y a las envidiosas.
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  • Norberto Tesy Wernicke
  • De profesión, soy abogado, tasador. De vocación, soy escritor y - según dicen mi familia y mis amigos - ermitaño. Tengo 64 años, mi esposa se llama Aida Zunilda Bogado, y mis hijos Alberto y Daniel. Soy feliz. ¿Que más quiero?
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